Bitef

Pero divirtió al auditorio y el telón final cayó ante una sala entusiasmada, ante una salva de aplausos. En cuanto a la actuación, entre las figuras femeninas ya mencioné a Margarita Castillo en el papel de la jorobada : muy profesional, con mucho temperamento y gracia, Luisa Huerta en el papel de Josefa (por qué no le dieron el papel de Santa?), también destacó, por su naturalidad Patricia Egala. La menos actriz de todas fue Blanca Guerra como Santa. El grupo de figuras masculinas : Alejandro Bolívar, Rafael Brizuela, Armando García, Sergio Laguna y Antonio Vizcaína, todos correctos. Un espectáculo que significa un gran esfuerzo. Peco dudo que valga la pena tanto esfuerzo para desmistificar a un autor que en su época ocupó el lugar que le correspondía dentro de una sociedad que le correspondía, pero que hoy ha dejado desde mucho de ser un mito. (Malkah Rabell) La historia es trivial pero estrujan te y se asemeja peligrosamente a »Servidumbre Humana « (Human Bondage ) de Somerset Maugham. Puede casi asegurarse que Gamboa se »fusiló« la idea central la prostituta vanidosa que termina sifilítica pero sin la calidad narrativa del inglés. El caso es que » Santa « está adaptada al medio mexicano y se presta para montajes como el que acaba de realizar Luis de Tavira, con textos e ideas de Julio Castillo, Héctor Mendoza y el mismo Travira, todos miembros del Centro Universitario de Teatro. Esta producción coloca al director como máximo creador del espectáculo y desde un principio a partir de noviembre del ano pasado se intentó hacer un trabajo de colaboración colectiva primero entre Tavira y el escritor Sergio Magana, quienes tuvieron que romper su equipo de trabajo debido a incompatibilidad de ideas, y luego con los ya mencionados directores. El resultado es que pronto tendremos la versión de » Santa « de Sergio Magaña. Mientras tanto, ya llegó la que se presenta en el Teatro de la Universidad, de la Avenida Chapultepec. El fruto del trabajo colectivo es magnífico. Luis de Tavira ha logrado un collage de escenas en que usa la obra de Gamboa como excusa, pero la convierte al mismo tiempo en una deliciosa sátira de humor negro a la sociedad

revolucionaría. En un escenario limpio se usan al máximo sillas como escenografía. Las escenas se suceden furiosamente sin dar respiro ni a actores ni espectadores. Lo acelerado del paso diluye bien lo superficial de mucheas de las escenas algunas de ellas sin sentido pero hila la dispersa trama. Es sólo hasta el final del espectáculo, que se acerca mucho a la forma de comedia musical en que la novela de Gamboa entra de lleno y las 2 últimas escenas dan la sensación de melodrama pesado que tanto amara el público de los años 30. Sólo que ahora se usan los medios modernos para dar plena libertad al lenguaje y a acciones por parte de los actores y actrices, que aún en épocas recientes hubiesen sido considerados como obscenos. Sin embargo, debido a la naturalidad y soltura con que se despliegan las actrices pasan como meros gestos cómicos, o a lo sumo irreverentes. Las vidas de los concurrentes al burdel se definen poco a poco y al final todos pasan lista. Rubio, el político famoso que después de tormentosa carrera en la casa non sancta opta por la discreción, pero sin cambiar su ritmo de vida. Quasimodo, una prostituta jorobada, que en su juventud fue bien cotizada »por la novedad«, tiene que retirarse y en la versión de Tavira, se une a unos actores callejeros, quienes durante la obra entraron a narrar escenas ya mofarse de los personajes que fueron después repetidas por los caracteres mismos, Y Santa y su eterno enamorado, el pianista ciego, terminan juntos, con un amor suicida por parte del invidente. Durante toda la obra se intercalan números musciales perfectamente aclimatados a la época de la obra, o sea la revolución mexicana. Luis Rivero inclusive hace que el tema principal tenga un ligero parecido a la música que Agustín Lara escribiera en su época burdelera. Los actores del Centro Universitario de Teatro logran un magnífico trabajo de conjunto y sobresale la actuación de Margarita Castillo, en el papel de Quasimodo. Da a su personaje una ternura deliciosa. (Ricardo Castillo Mírales, El Sol de México) tnana y santa Santa es la novela que más y trató, durante su juventud pecadora, disipada, bohemia. Editada por primera vez en 1903, Santa apareció en múltiples re-ediciones y fue