Bitef
inquietas. Entre bromas y prevenciones, flota el fantasma de la reciente visita de la Fura dels Baus, con su irrupción de violencia multimedia. Algunos rememoran presentaciones anteriores de De la Guarda en recitales y discotecas con un brillo de felicidad en los ojos. Los momentos previos a la función se han transformado, por una vez en intensa vigilia. Una sombra fugaz en lo alto, apenas un susurro que pasa, concentra las miradas y acalla las voces. Comienza un juego de imágenes vertiginosas, de ciclos estrellados y fina garúa, de vuólos alucinantes y diálogos de sordos. De la Guarda, herederos de la Organización Negra y parientes sin furia de la Fura, construyen con Período Villa Villa su propio espacio, que se abre hacia la inmensidad aérea de una carpa circense. Colgados de ameses, surcan los aires en encuentros y desencuentros. Fleotan en abrazos de paracadistas o caen en picada para consumar un rapto de águila. Caminan las paredes o se estrellan contra ellas. El espectador gira la cabeza, se corre, creando espacios también él, se deja invadir por la estética de lo lúdico que anima el espectáculo. Son, como las variaciones musicales, cadencias que se repiten en diversas trasposiciones, sin pretender avanzar de una a otra en historia alguna. Solo hay algunos rasgos de personajes prototípicos, en particular cuando baján a tierra, en desplazamientos que recuerdan, aquí si, a la movida de la Fura, en versión soft. Però lo original está en la coreografía aérea, trazada en conjunto con integrantes de El Descueve, el grupo proveniente de la danza que colaboró con De la Guarda eu el show de cierre de los Panamericanos de Mar del Plata. Luces y sonidos de voces y tambores contribuyen a generar climas. El movimiento es acción dramática en cuanto despieria fuertes sensaciones, cercanas al placer de lo bello, previas quizás a todo texto. Es pues, teatro de la imagen, si se quiere, que sin embargo cumple con la expectativa de que
pase algo. Los actores-acróbatas-andinistas de De la Guarda construyen en esa magnifica carpa, que alberga el cubo primigenio reducio del público, un espacio calidoscópico, a veces de imágenes saturadas, pero en sus mejores momentos pleno de aire para los pulmones del alma. Queda para el espaciador transformarte en palabras, o simplemente dejarlo ahí, flotando. ■ Juan Garff
DÉCLARATION DU TROUPE »De la Guarda est un groupe de recherche et de production théâtrale formé en 93, depuis la dissolution de La organización Negra. Nous travaillons à partir de l’utilisation de l’espace physique, terrestre et aérien, que nous transformons en une grande scène partagée entre acteurs et spectateurs. Après deux ans de performances et essais live lors de divers événements (concerts rock, festivals, oeuvres théâtrales collectives), nous jouons ici notre premier spectacle, en création européenne. Tout a commencé avec le désir irrépressible d’éclater, de nous étendre, de choisir un espace et de le prendre complements sans rien laisser hors du jeu. La marée que forment les spectateurs est une partie fondamentale de l’oeuvre, où tout est fragile, modifiable. Sauf nos tempêtes. La victime, c’est la réalité. Tout est possible. Tout est caprice, euphorie, fantasmes ou jouets. Pour nous il n’y a pas de règles de la nature, dans le fantastique il n’y a ni logique, ni stabilité. Notre désir est celui de la rébellion absolue. Nous écraser contre ime atmosphère rendue folle par l’esprit. De la Guarda est un coup de chance, une coulée vers le bonheur«. ■